El HIFU (Haz de Ultrasonido de Alta Frecuencia) entrega la energía en forma de calor (75 a 80° C) a diferentes niveles de la piel para estimular la producción de colágeno, responsable de la apariencia de la piel. De esta manera, su producción actúa directamente sobre la elasticidad de la piel, evitando que ésta se caiga.

El médico ajustará la intensidad y la profundidad de acuerdo con las necesidades del paciente, para que penetre en diferentes niveles de la piel. Así, podrá actuar sobre las células grasas o sobre la flacidez de la piel.

El HIFU es adecuado para pacientes que no pueden beneficiarse de inyecciones de ácido hialurónico o Bótox (alergia o por cualquier otro motivo), o para personas que no desean utilizar un método invasivo (lifting quirúrgico).

Una sesión dura aproximadamente de 45 a 60 minutos dependiendo del área a tratar. Normalmente, solo es necesaria una sesión para tratar un área, pero es posible que en ocasiones el paciente necesite una segunda sesión, que se realizará unos meses más tarde.

Después del tratamiento se pueden producir rojeces o un leve eritema, que desparecerán en un corto periodo de tiempo. Se puede aplicar maquillaje en la cara sin ningún problema. En caso de notar dolor la sensación es como de molestia muscular.

Los resultados del HIFU suelen ser visibles a partir del segundo o tercer mes y durarán aproximadamente 1 año. Hay que tener en cuenta que además están relacionados con la capacidad de los tejidos tratados de renovar el colágeno, efecto que puede verse disminuido en pieles muy deterioradas o envejecidas.