La terapia con vitamina C se utiliza administrando dicha vitamina por vía intravenosa, lo que favorece su acción pro-oxidante y, por tanto, antitumoral.
¿En qué consiste la terapia con Vitamina C?
La administración de vitamina C o ácido ascórbico por vía intravenosa y a dosis elevadas se utiliza para combatir el estrés oxidativo, así como de terapia coadyuvante para diferentes líneas de cáncer y efecto paliativo para los indeseables efectos de la quimioterapia y radioterapia.
La diferencia con la administración oral de vitamina C radica en que al ingerir vitamina C por medio de la alimentación o suplementos, sólo se absorbe un pequeño porcentaje, siendo el resto excretado por la orina. De esta manera, la acción de la vitamina C sería anti-oxidante.
Sin embargo, cuando se administra vía intravenosa, las concentraciones que adquiere en sangre son diez veces más altas que por vía oral, y es a estas dosis cuando la vitamina C ejerce su execto pro-oxidante, es decir, anti-tumoral.
Contraindicaciones de la terapia con vitamina C
Pacientes con hemodiálisis crónica
Alteraciones de la captación de hierro: hemofilia, talasemia mayor…
Déficit de Glucosa-6-P-deshidrogenasa (G6PD), ya que se puede producir hemólisis y coagulación intravascular diseminada (CID).
Insuficiencia renal conocida, por el riesgo de depósitos de oxalato cálcico.
Precauciones con el tratamiento
Los días en los que no se recibe la infusión endovenosa, es necesario tomar 3-5 gramos de Vitamina C para mantener los niveles tisulares basales y prevenir una crisis de escorbuto como posible efecto rebote.
Dolor local y sensación de escozor en la zona si la disolución de Vitamina C se hace demasiado rápido o se utiliza NaCl 0,9% como portador.
Temblores por hipocalcemia, ya que la Vitamina C puede actuar como agente quelante.
Complicaciones por el aumento del volumen sanguíneo, como insuficiencia cardiaca congestiva, ascitis, edema o hipertensión arterial.